JUAN DIEGO FALCÓN: "ESTE AÑO NO PRESENTAREMOS CANDIDATA A CARNAVAL EN TELDE". EL EMPRESARIO SE SIENTE ORGULLOSO DE "SEGUIR CRECIENDO, INCLUSO CON LO POCO QUE NOS DEJAN HACER"

                                                                             

El nuevo año comienza en Telde con un nuevo servicio de atención personalizada en el Restaurante Cafetería Cepsa, El Cubillo en San Juan con una terraza abierta, con 6 mesas, donde se pueden acomodar espléndidamente a 24 comensales.

                                                                         
 
                                                                                 
El empresario emprendedor, don Juan Diego Falcón González en declaraciones que pueden escuchar en formato audio nos dijo que "la actividad comercial sigue creciendo, incluso con lo poco que nos dejan hacer, porque como sabes, el Plan General de Ordenación Urbanos nos tiene parado a los empresarios que solo queremos ofrecer servicios, riqueza para la ciudad y puestos de trabajos para nuestra gente. Todavía mantengo la ilusión del proyecto de ampliación, sería una gran pena que se perdiera esta oportunidad en Telde"

La gran familia de la Estación de Servicios Cepsa El Cubillo da trabajo a casi 50 familias en sus diferentes actividades. Por otro lado, aunque el empresario no lo haya querido hacer público, colabora con muchas obras benéficas y solidarias, en campañas de recogida de alimentos y juguetes, además de con el carnaval de Telde, elevando su nivel. Aunque según nos avanza, Juan Diego Falcón, "este año nos vamos a presentar candidata a la Gran Gala Elección de la Reina de Carnaval de Telde", como pueden escuchar en el audio que pueden escuchar pinchando en mas información.



RESTAURANTE Y PUNTO DE ENCUENTRO

                                                                               
El Restaurante de la Estación de Servicios, Cepsa El Cubillo es además de una oferta gastronómica con los mejores precios, servicio profesional, personalizado, comida casera y menús populares, es además, punto de encuentro para eventos, congresos,  celebraciones, fiestas y reuniones familiares.


El vídeo que se adjunta corresponde al encuentro mantenido en el Restaurante con la activista social y líder vecinal, Julia Martel, donde en unas de sus mesas se "cocinó" el reconocimiento institucional al maestro coreano, Bang Yung Won, en el que estuvo presente el empresario emprendedor, Juan Diego Falcón González.
                                                                            
                                                                                  

                                     Antes y después de la instalación de la terraza cubierta
                                                                             

                                                                               

                                                                       


JUAN DIEGO FALCÓN, PROFETA EN SU TIERRA

El empresario emprendedor, Juan Diego Falcón fué el año pasado pregonero de su barrio, evocando de forma sencilla y emotiva vivencias y recuerdos del barrio de San Antonio que le vió nacer, como pueden ver en el extraordinario trabajo audiovisual de Gonzalo Santana, para Teldeenfiestas y la entrevista realizada por su director, Agustín Cabrera Santana.



Arropado por familiares, amigos y conocidos, el empresario Juan Diego Falcón González bordó el pregón de las fiestas del núcleo poblacional de San Antonio en el que las vivencias de su infancia y juventud cobraron plena actualidad.

Con una plaza pública del Sagrado Corazón de Jesús llena de público y bajo la amenaza constante de lluvia, Falcón, el conocido empresario propietario de la estación de servicio El Cubillo que fue presentado por el comunicador Antonio Uche, desgranó en un formato de entrevista los detalles más evocadores de sus primeros años de vida y adolescencia en el barrio que le vio nacer hace 70 años.

“San Antonio vio mis primeros pasos, me oyó cuando empecé a hablar”, explicó el pregonero nacido y criado en el sector de El Vinagrillo, que vivió y formó su propia familia también en este barrio.

Así recordó que sus primeros años de vida en San Antonio fueron tiempos difíciles”. Echó la vista atrás y se fija en el San Antonio de aquellos años, un pueblito pequeño, aislado del resto, con la calle principal, Alcalde de Móstoles empedrada, y un pilar de agua al principio de lo que hoy es Enrique Granados. Allí aprendió las cuatro letras, en la escuela de don Desiderio Campos. “Y allí me mataban el hambre con leche en polvo y queso de bola que venía de América”.

Con 9 años empezó a trabajar en los tomateros de la finca de sus tíos en La Estrella y en la de Manuel Naranjo; a los 14 hizo sus pinitos en su primer surtidor, en uno de San Juan que era de Manuel López Ruiz y se accionaba con una bomba; tras el cuartel entró al servicio también de la Marquesa del Muni, luego estuvo de chófer de un taxi 7 meses hasta que compró el suyo propio, que tuvo durante 19 años, se atrevió con un taller de engrase y lavado de coches y finalmente, hace 27 años, montó la gasolinera de El Cubillo, que ahora gestionan sus hijas.

A Juan Diego se le agolparon los recuerdos cuando remontó la mirada y se paseó de nuevo por aquel San Antonio plagado de tienditas, como la de Los Silva, Rosaliíta, Anita Suárez, Lolita Silva o Margarita Verona. “Algunas hacían las veces de farmacia de guardia, te echabas el roncito del día y se te iban los males”.

Era pequeño, pero tenía mucha vida. Entre las referencias clave no puede faltar el bar Kiko, abierto desde 1948 y que atraía clientes de todos lados. Cuenta que las fiestas del pueblo, tanto las de la Cruz como las de San Antonio y las de Invierno (entonces no se llamaban carnavales), tenían fama insular. Venían gentes de toda Gran Canaria. Hasta los que en el barrio conocían como los mariquitas del Puerto, que, medio camuflados, venían a actuar a los bailes de la Sociedad de San Antonio. La plaza se llenaba de casetas, se elegían a las misses y venía hasta el circo, con carpa y todo.

Hoy ya son algo más caseras, pero no han perdido esa identidad que las hace tan singulares. “Me siento hijo de San Antonio”, apuntó con satisfacción este empresario, que, pese a donde ha llegado, nunca renunció a sus orígenes. De ellos y de todo ese paisanaje del barrio habló esta noche en su pregón.






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