Germán Ramos Ramos
Llegó el momento, el inexorable tic tac anuncia elecciones.
Ellas-os andaban muy ocupados en otros menesteres cuando nosotros estábamos chillando en las calles, les preocupaba otros asuntos que no se llamaban desahucios, bancarrota de autónomos, despidos masivos, escalada de impuestos, sanidad selectiva, cierre de colegios, etc.
Cuando la indignación se hizo presente empezó la oposición conocida a sumarse al carro, nunca antes.
Al tiempo las noticias nos ilustraban de las trapisondas de nuestros representantes. Los casos de corrupción son tantos que no quiero desperdiciar ni una línea en recordarlos, han sido ellas-os los que con sus actuaciones se han retratado. El Palacio de Justicia de Telde en toda su historia ha tenido en sus puertas tantas cámaras, micrófonos y periodistas como en el período que concluye. ¡Somos famosos!, llegamos a estar en la cúspide, la corrupción, las detenciones, los titulares...nos hicieron tristemente famosos como uno de los pueblos más corruptos de Europa.
La democracia que nos hemos dado, regulada por una constitución, votada por los ciudadanos en su momento ha quedado laminada por las normas que, interesadamente nos han colado una serie de personajes, aupados en el poder político-económico, montado por grandes corporaciones que tienen como único objetivo la obtención de beneficios empresariales y de representantes, a una casta política sin escrúpulos y hasta sin pudor que vapulea la Carta Magna y presume de sus extraordinarios honorarios.
Con lo relatado sobran razones para enfrentarse ya no a estos personajes, pues ya sabemos "de que van", no, enfrentarnos a nosotros mismos, mirarnos al espejo y preguntarnos si somos tan gilipollas como para seguir soportando esta situación sin ponerle el remedio que nos dan a través de un simple voto. Un grano no hace el granero, pero ayuda al compañero. Es ahora o nunca, a cada vuelta que le demos a la situación, peor se pone. Tenemos que asumir que somos los ciudadanos los que tenemos que coger las riendas de nuestro destino, y eso pasa por recuperar nuestro Ayuntamiento en manos de "zancandiles y mequetrefes" que han conseguido generar una deuda imposible de asumir (ni ellos mismos se atreven a dar una cifra concreta) y con un nivel de morosidad vergonzoso. De suerte que una criatura recién nacida en Telde, se convierte, según las encuestas, en una Gran deudora y además Morosa.....un insulto a la razón.
El poco cuidado por lo común nos ha llevado hasta aquí y una alternativa para salir de este agujero es la toma de conciencia de la situación real, la participación en las decisiones, creer en nosotros mismos y "tomar posesión" de Todos nuestros recursos. Somos un pueblo con muchas posibilidades, estamos en el mejor sitio y ahora es el momento adecuado. Tenemos que desconfiar de quienes nos han engañado y ser nosotros mismos, Juntos Podemos Recuperar Tede.
Se me ocurren a modo de propuestas un montón de ellas, sueño con un municipio próspero con gente capaz de conquistar todas las metas , solidaria, honesta, humilde, generosa. Creo en la gente con la que me crié, sé que seremos capaces de conseguir mirar con la dignidad y hasta el regocijo merecido a todo el que venga a visitarnos o hable por ahí de nosotros. Fuimos referente a principios del siglo XX y esta nueva rebeldía nos tiene que estimular para volver a serlo en el principio del nuevo siglo. Tenemos que perder el miedo a la aventura, confiar en nuestra capacidad y Apoderarnos de lo Nuestro, de nuestro Ayuntamiento. Tenemos que participar para estar al corriente y opinar, y que se nos tenga en cuenta, cuanto más mejor. Si realmente queremos, entonces Juntos Podemos Recuperar Telde.
Germán Ramos es miembro de la Plataforma Juntos Se Puede Telde.
Comentar con Google
Comentar con Facebook